Wednesday, September 5, 2018

VACACIONES AL SOL (Capítulo 8-10)

Vacaciones al Sol - Capítulo 8-10

Lourdes Miquel y Neus Sans


Capítulo 8

Cuando llegan a Barcelona, ya son las 19h.
«Demasiado tarde para ir a Tossa», piensa Lola.

Llama por teléfono a Elisa y le dice que llega al día siguiente. Tiene ganas también de dar un paseo por la ciudad. No ha visitado Barcelona desde antes de las Olimpiadas y hay muchas cosas nuevas.

Al llegar al aeropuerto de Barcelona, las maletas están allí, al lado del autobús. Lola se sorprende. Lola y Nilsson se dicen adiós. Nilsson le ha explicado a Lola que va a un pueblo de la Costa Brava. Lola ve como Nilsson va hacia la parada de taxis en el aeropuerto de El Prat. Anda lentamente. Y piensa:

–Está preocupado por algo. Quizá necesita un detective... No, no, qué tontería. Además, ¡estoy de vacaciones!, ¡fuera problemas...!

También Lola toma un taxi.

–Al Hotel Colón, por favor.

Es un viejo hotel, frente a la Catedral, en el Barrio Gótico. A Lola le gusta mucho. Es un poco caro pero siempre que puede va a este hotel. El sol se está poniendo: y Lola mira las calles de la ciudad. Entran por el puerto, por las Ramblas... Todo es muy mediterráneo. Llegan al hotel poco después. Lola pide una habitación con vistas a la catedral. Sube y se da un buen baño.

Le gusta mucho estar en un hotel, mejor dicho, en un buen hotel. Después, se pone uno de los vestidos nuevos, un vestido rojo. Se pinta un poco los ojos, se mira en el espejo y piensa que ha engordado un poco… Luego, baja al bar del hotel para tomarse un Dry Martini con muchas patatas fritas.

Lola pide su Dry Martini, lee un poco el periódico y se come un plato de patatas fritas. De pronto, una sorpresa: Nilsson, el sueco del aeropuerto, entra en el bar.

–¡Qué casualidad! ¿Qué hace usted aquí?

–Nada, paso una noche en Barcelona. Siempre vengo a este hotel.

–Yo también.

–Una cerveza, por favor –pide Nilsson al camarero.

Los dos están contentos y empiezan a hablar.

–¿Está cansada?

–No, ¿por qué?

–¿Vamos a cenar por ahí? –dice Nilsson, tímidamente.

–Muy buena idea. Conozco un sitio muy bueno, no muy lejos.

–Perfecto.

Unos minutos después, sale del hotel una curiosa pareja: un hombre muy alto, con el pelo blanco, que habla poco y lentamentente y una mujer muy bajita, muy morena y que habla todo el tiempo. Son Nilsson y Lola, que se van a cenar.


Capítulo 9

Van a un restaurante en el puerto.

–¿Le gusta el marisco? Aquí las gambas son muy buenas. Y el pollo con langosta, también.

–¿Pollo con langosta? Nunca lo he probado.

–Pues es buenísimo, delicioso. ¿Dos de pollo con langosta y un vino blanco bien fresco?

–De acuerdo.

Comen muy bien. Después de cenar, se quedan callados y serios unos segundos. Demasiado tiempo sin hablar para una española.

–¿Está preocupado por algo?

–Sí... Y se lo voy a contar. Yo soy viudo, y voy a jubilarme el año que viene. Quería tener una casa en España para el invierno..., aquí, en la Costa Brava.

Y Nilsson explica a Lola una triste historia: un día Nilsson ve un anuncio en un periódico: PRECIOSAS CASAS CON JARDÍN EN VENTA EN LA COSTA BRAVA. Tossa de Mar. Precio Interesante. Escribir a: FINCABRAVA, S.L. Apartado 1837 Madrid.

A Nilsson le interesa el anuncio. Conoce Tossa de Mar y le gusta. Es un pueblo muy bonito y bastante tranquilo. Escribe y rápidamente recibe una respuesta: fotos y planos de las casas. El precio es muy interesante. En esa época Nilsson tiene mucho trabajo. Tiene que hacer un viaje de negocios a Madrid y organiza una cita con «Fincabrava, S.L.». Se encuentra con Esteban Gutiérrez Solís,

el gerente. Le recibe en la oficina de un tal Sr. Pijuán, notario. Firma papeles y paga algunos millones de pesetas. Dos meses después, decide visitar su casa. Pero la casa no existe.

Nadie conoce, en Tossa, Fincabrava ni a Esteban Gutiérrez. Todo es falso. Y Nilsson ha perdido todo su dinero ahorrado.

–Eso es todo. No tengo casa en España, no tengo ahorros... Por eso estoy preocupado.

Lola piensa que es una historia terrible... No sabe si decirle que es detective y que le puede ayudar.

–¿Qué va a hacer ahora?

–Vuelvo a Tossa. Quiero buscar más información. Voy a encontrar a ese Gutiérrez.

–¿Solo o con la policía?

–Ya he hablado con la policía. Dicen que tenemos poca información, que es un caso muy difícil... Excusas...

–¿Hay otros casos?

–Sí, creo que sí. Ingleses, especialmente, algún alemán.... algún holandés.

–Yo también voy a Tossa. Si necesita ayuda...

Y le da una tarjeta

–¿Usted es detective?

–Sí, tengo una agencia en Madrid, con dos socios.

–¿Quiere trabajar para mí?

«¡Estoy de vacaciones!», piensa Lola. Pero dice:

–Sí, claro que sí. ¿Por dónde empezamos?

–Voy a la habitación a buscar los documentos.

Capítulo 10

El miércoles por la mañana Lola llega a Tossa. Nilsson y ella han alquilado un coche. Elisa e Ingvar, su marido, tienen un pequeño restaurante muy bonito en la parte antigua del pueblo, encima de la bahía, al lado de la muralla. Es una casa de piedra con muchas flores: margaritas, rosas, geranios... Abajo se ve el mar. Elisa y Lola están muy contentas y se dan besos. Luego vienen las presentaciones:

–Éste es Magnus Nilsson... Elisa...

–Tu...

–No, un amigo.

–Mi marido ha salido. Ha ido a llevar al niño a la escuela y a comprar. Viene enseguida.

Nilsson dice que va a dar un paseo. Así las dos amigas pueden hablar.

–¿Quién es? ¿Quién es? ¿Es tu... tu novio, tu marido, tu manager... ? Es un poco mayor para ti pero...

–Nada, no es nada mío. Es un cliente.

–¿Cómo?

–Sí, sólo un cliente. Trabajo para él.

–¿Cómo detective? Pero... ¿no estás de vacaciones?

–Sí, pero...

–¿Y qué problema tiene Nilsson?

–Ha comprado una casa aquí en Tossa. Pero la casa no existe.

–No entiendo nada. Si no existe, ¿por qué la ha comprado?

–Le han robado, mujer, estafado... Ha comprado la casa desde Madrid, no la ha visto. Sólo ha visto fotos y planos. Fotos falsas y planos falsos, claro.

–Dios mío... Pobre hombre...

–Y ahora busca a los que le han robado su dinero. Yo le voy a ayudar.

–¡Qué trabajo tan interesante!

Luego Lola le explica más cosas del caso. La cita en Madrid en casa del falso notario, la reacción de la Policía, cómo conoció a Nilsson en el aeropuerto, etc. Elisa se queda pensando y dice:

–¡Tengo una idea! Manolo Vallés, un amigo nuestro, trabaja en negocios inmobiliarios. Conoce a todo el mundo. Vive en Playa de Aro, a unos 35 km de aquí. Podemos ir a verlo o llamarlo.

–Muy buena idea. Esta tarde, quizá. Y tú, explícame, ¿cómo estás?

–Muy bien, muy contentos de estar aquí. Bueno, siempre hay algunos problemas, claro... Ingvar es músico, pianista. Y no tiene trabajo. Pero le gusta trabajar en el restaurante. Y por la noche toca el piano para los clientes. Max, el niño, es muy feliz aquí. Para él ha sido un poco más difícil, sus amigos de Copenhague, su escuela... Pero ahora está muy bien... Bueno.... y ahora vamos a ver tu habitación.

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